Ávidas de ron y azucar
de llanto dulcey máscaras en la espalda.
Los peces me han mirado y me han reconocido.
Otra vez esas chicas.
Mañana no lo recordaré.
Pero podré decir
altas, bajas o feas
sin temor a equivocarme.
Mañana será otro día tranquilo,
entre el cansancio de tantas hipótesis
y la deshidratación en los espejos.
entre el cansancio de tantas hipótesis
y la deshidratación en los espejos.
El tiempo se siente menos estando quieto,
sentado a esperar
en la rivera.
Cadencia vieja que mira al mar.
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